Hola tributillos!!
Ya estoy de nuevo aquí, y sí, os debo una explicación.
Llevo mucho tiempo sin publicar (un mes o dos) y lo primero es pediros disculpas.
He estado desaparecida por falta la inspiración y si os soy sincera de verdad, en parte, por falta de ganas.
Al principio, los capítulos se escribían solos, me entusiasmaba al escribirlos y me encantaba pasar el rato pensando y creando historias sobre los personajes que más me gustaban.
Tendría que haberos avisado tributos, decía "Mañana lo haré" pero se me fueron pasando los días, semanas y lo dejaba pasar hasta tal punto que ni me acordaba.
¿Y sabéis? Todo este tiempo me ha servido para reflexionar sobre el blog. Había veces que pensaba cerrarlo y todo. Pero me dí cuenta de que no, que me encantaba escribir, vuestros comentarios me sacaban una sonrisa.
Y eso me hizo escribir este capítulo. Por lo que ahora he cogido el blog ¡CON MÁS GANAS QUE NUNCA!
Así que preparados tributos, todo vuelve a comenzar.
Aquí tenéis el capítulo 15!!!!!! POR FIIIIIN!!! Que ya iba siendo hora eh??
DISFRUTARLO Y PORFAVOR COMENTAR QUE OS PARECIÓ!!!!
Espero que os encanteee <3!!!
CAPÍTULO 15

El tiempo parecía haberse detenido.
Unas pequeñas nubes se interponían entre los últimos rayos
de sol del día. El cielo estaba empezando a oscurecer, y en él que se mezclaban diversos tonos cálidos
y fríos que pintaban un delicado paisaje.
Todo estaba en un continuo silencio. Tan sólo se oía el viento hacer
pequeños remolinos con las diminutas hojas del suelo.
Me acerqué al primer árbol intentando buscar un apoyo.
Recuperando el aire que había perdido en la carrera por salir. La corteza rugosa hacía que mis manos se astillasen al rozarlo,
pero era tan el cansancio, que no le daba importancia.
Sus palabras todavía
revotaban bruscamente para mis adentros. Una sensación incómoda en la parte del
estómago iba apareciendo cuanto más lo recapacitaba. Había creado un mar de
preguntas en mi cabeza, y sobretodo confusiones.
Todavía no me podía creer que me hubiera abandonado en el
bosque a mi suerte. ¿Y si no hubiera encontrado la salida? ¿Y si hubiera tenido
que pasar una noche entera allí sola? Un temblor recorre mi cuerpo al
imaginarlo. Muevo la cabeza de un lado a otro procurando olvidar.
Aunque una extraña sensación había conseguido en mí. Algo
que jamás me habría imaginado. Superarme a mí misma y a eso, no sabía cómo
contestar.
Después varios minutos, respirando profundamente consigo
recuperar la compostura.
Intento no mirarlo directamente, aunque de vez en cuando no
podía evitar observarlo de reojo.
Las últimas pinceladas de sol hacen que su cuerpo brille
intensamente al girarme hacia él. Su perfecta sonrisa seguía dibujada en su
rostro. Me miraba dulcemente intentado que le prestara atención.
Yo en cambio permanecía callada.
Algo me hace reaccionar, pasos que se dirigen hacia mí,
acortando los metros que nos separan.
Un vuelco del corazón me hace darme la vuelta y, clavar directamente
mis ojos en los suyos. Me contempla unos segundos antes de exclamar:
-¿Por lo menos dime algo no?- exclama en tono burlón. Abro
la boca con la intención de contestarle, pero él , me corta en seco.-Que llevo esperándote
un buen rato-finaliza la frase con un tono algo severo.
Me está empezando a doler la cabeza. Siento como me voy
desfalleciendo poco a poco. No se me ocurre respuesta alguna, tan sólo lo
primero que se me ocurra por la cabeza. Pero en ese momento aparece una figura
de Katniss.
Entrecerré los ojos poco a poco. Dejando que esa imagen me
llevara a mi mente.
Veía a una niña
acobardada, pequeña y confundida. Asustada al oír su nombre. Sin poder alguno
ante lo desconocido, abriéndose paso ante la multitud. Como las personas de su
alrededor la iban empujando hacia su destino. La muerte. En cambio todo pareció
alterarse ante una voz entre todo el jaleo. Una voz que le salvo la vida, que
le dio esperanzas de vivir. Pero la arrastró, la niña arrastro a la mayor, a lo
que parecía ser su final…
Por un momento estaba ida. Abro y cierro los ojos para despejarme.
Pestañeo varias veces acostumbrándome de nuevo a la
realidad. Al final consigo recuperar un poco la conciencia.
Una lágrima brota de mis ojos al comenzarla a recordar. Tratándola
de disimular, me limpio rápidamente rezando porque Gale no se diera cuenta.
Su expresión cambia rotundamente. Su sonrisa ha desaparecido
trayendo un rostro pálido sin brillo alguno. Parecía preocupado y su cara lo
dice todo.
-¿Prim?-pregunto confundido. -.¿Estás bien? Si es por mí, lo
comprendo, no te tendría que haber obligado a hacer esto.-Suspiro brevemente y
continuó. – Lo siento, ya lo debes de estar pasando mal y yoo…
En cambio estaba equivocado. No era él el culpable. Yo era
el problema.
Note como su mano se posaba sobre mi hombro.
La situación me está empezando a cargar. No puedo más.
Me abalanzo involuntariamente contra Gale y las lágrimas me
salen solas. Él me devuelve el abrazo cariñosamente. Ambos lo necesitábamos. Notaba
como su calor me iba invadiendo todo el cuerpo y una tranquilidad. Algo que no
sentía desde….
-¿Sabes qué?-. Conseguí oír a Gale entre llanto y llanto -Eres
una niña muy fuerte, no sabes lo que vales.- terminó emocionado.
Esa frase me tomó por sorpresa. Me llego al alma. Esta vez
le di las gracias de corazón.
Gracias a él ya me sentía un poco mejor. Las lágrimas ya
habían cesado. Ya no había rastro de tristeza y ansiedad. Ahora tenía un
poquito más de esperanza.
Apto seguido le di las gracias con una cálida sonrisa y nos
despegamos mutuamente.
-Y ahora te toca demostrarlo.-dijo con voz ronca mirando
hacia el horizonte.-El desfile estará apunto de comenzar.-exclamo tomando
aire.- Te acompaño a casa.-finalizo con media sonrisa.